Ya no extrañes al mar
deja que se diluya en tu boca
como caramelo de diez céntimos
Tú y yo
sabemos que ya sus alas no son buenas
para el nado
Hay cansancio en su paladar
su sal ya no da gusto a los apetitos
de los tiburones
ni es servida en la mesa de los pájaroscochos
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